A Carly y Noah les encanta vivir en Montezuma. Su acogedora cabaña está en un terreno en el centro, con vistas a las montañas en todas direcciones. Y Carly habla maravillas de la comunidad; medio pueblo fue a celebrar el cumpleaños de su hijo el año pasado. "Todos se cuidan entre sí", dice Carly. "Es una sensación muy agradable". Además, reciben correo.
Pero su cabaña, construida originalmente en la década de 1940, no era el epítome de la eficiencia energética. Carly y Noah se calentaban con leña y tenían una estufa de propano para cocinar. Encendían una fogata antes de acostarse, y en mitad de la noche, no era raro despertarse temblando. Carly contó que Noah nunca dormía del tirón; a menudo se despertaba entre las 2 y las 3 de la madrugada para avivar la fogata y mantener a su familia abrigada.
Todo eso cambió cuando instalaron una bomba de calor para climas fríos en 2022. Con vientos intensos y noches gélidas, este pequeño pueblo a 3200 metros de altura es famoso por su frío. Pero su bomba de calor ha soportado temperaturas bajo cero con facilidad. La unidad interior está instalada en el comedor, y el suave zumbido no distrae de las conversaciones durante la cena. "La tecnología", comenta Carly, "es increíble. La bomba de calor arranca sin problemas y calienta enseguida". Como resultado, toda la familia disfruta de mañanas más cálidas.
“La bomba de calor funciona muy bien, con mucha eficiencia, y es una excelente transición respecto al propano”. – Carly Landwehr
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